Tomar posición. Tomar posesión.

Tomar posición. Tomar posesión.

Información del evento
Lugar:
Museo del Patrimonio Municipal
Dirección:

Paseo de Reding, 1. 29016 Málaga

Precio:
Entrada gratuita
Contacto:
Tel./fax: 951 928 710
Email: info.mupam@malaga.eu
Inicio:
Finalización:
Sala de Exposición

Sala expositiva 3 del MUPAM

 

Horario

Horario de invierno (del 1 de septiembre al 30 de junio): de martes a domingo de 10:00 a 20:00 h. (lunes cerrado) 

Horario de verano (del 1 de julio al 31 de agosto): de martes a domingo de 10:00 h a 14:00 h y de 17:30 h a 21:30 h (lunes cerrado)

Tomar posición, tomar posesión es una exposición que revisa propuestas que hacen que la pintura y la escultura adquieran carácter tridimensional, instalativo y ambiental, generando en este último caso atmósferas emanadas por las obras. Y lo hace a través del trabajo de artistas malagueños/as que cuentan con una trayectoria consolidada y de otros/as que no han gozado de una visibilidad en la ciudad acorde con la solidez de sus poéticas. Existe en casi todas las piezas expuestas, aunque no necesite ser el objetivo fundamental que las sustenta, un cuestionamiento de la propia condición de la obra como display o dispositivo (como artefacto y puesta en escena que propicia distintos modos de relacionarnos con ellas), de la imposibilidad de ejercer una clasificación reduccionista sobre la disciplina que funda e identifica cada una de ellas, así como la certeza de una naturaleza fronteriza e incluso híbrida de creaciones en las que confluyen diferentes características de la pintura, la escultura o la instalación.

Estas obras toman posición y posesión del espacio expositivo, dialogando en ocasiones con él hasta transformar la concepción del mismo. De este modo, la pintura avanza en el espacio escindiéndose de su deuda con el muro o adquiere tridimensionalidad; la escultura sobrevuela nuestras cabezas, jalona la sala expositiva o se repliega a la pared; o la fotografía registra intervenciones transformadoras de distintos entornos. Al tiempo, otro de los asuntos esenciales de esta exposición es evidenciar cómo los/as artistas trabajan sobre escenarios concretos, tomando posesión de ellos cual arqueólogos/as, botánicos/as, geógrafos/as o expedicionarios/as etnográficos/as, para alumbrar una serie de materiales artísticos que trasladan esos lugares y su historia a la sala de exposiciones, al espacio simbólico del arte. En ocasiones, los/as creadores/as aluden a imaginarios, como la pintura, la lectura/escritura o la propia historia del arte, convertidos en ámbitos en torno a los que investigar y volver. En todos los casos, estas piezas resultan una suerte de posicionamiento –e incluso una toma de partido- respecto a cuestiones de índole teórico-artística, medioambiental, de resistencia a ciertos síntomas sociales, de puesta en valor del patrimonio inadvertido o de la memoria histórica y democrática, con lo que piezas y artistas toman posición, no sólo posesión (del espacio).

Como se puede intuir, la selección de obras insiste en cuestionar una suerte de pureza disciplinar, ya que las piezas integran elementos y procesos que aluden a lo escultórico, lo pictórico y lo instalativo. Obras que podrían definirse como escultopinturas, cuadros-objeto, pintura tridimensional o que, desde su condición escultórica, devienen instalación o environment (instalación ambiental). No podemos obviar cómo a lo largo del siglo XX las fronteras entre categorías disciplinares se han ido desmoronando en un ejercicio de integración –o desintegración- de las artes (pintura, escultura y arquitectura). Así, se ha asumido el concepto “expandido” en relación a muchas de las obras que ofrecían una hibridación, mestizaje o contaminación entre distintas disciplinas, tanto como a aquellas otras que, aunque fuese de modo parcial, negaban las especificidades o elementos fundacionales atribuidos a las categorías escultura y pintura. Aunque el concepto “expandido” nació aplicado a la escultura en una fundamental aportación de Rosalind E. Krauss, La escultura en el campo expandido (1978), ciertamente se ha aplicado aún con mayor profusión al ámbito de la pintura.

De este modo, se hace esquivo o resbaladizo el intento taxonómico de categorización de muchas de estas piezas, que difícilmente pueden obedecer a un único paradigma disciplinar. En ellas resulta inservible aplicar la lógica del tradicional parangone (oponer una disciplina a otra): el anhelo de tridimensionalidad en la pintura, las reminiscencias pictóricas y el eco de la pintura en piezas escultóricas, así como el diálogo e interacción con el espacio y la arquitectura anulan cualquier atisbo de reduccionismo o dogmatismo.